En China, el uso de bitcoin (BTC) como medio de pago, así como su compraventa o minería, son actividades prohibidas y penadas por la ley desde 2013. Pero hay señales de que tal situación está cambiando poco a poco.
El solo hecho de que el gobierno de China, con su vasta población (1.400 millones de habitantes) y poder económico (segunda economía del mundo por volumen de PIB), muestre interés, adopte bitcoin de una u otra manera o simplemente otorgue autorización para que la industria se desarrolle, podría ser extremadamente alcista para la moneda digital.
Un mercado chino abierto a bitcoin significaría potencialmente cientos de millones de nuevos usuarios, impulsando la demanda y, por ende, el precio. Vale aclarar que siempre ha habido ciudadanos chinos bitcoiners (traders, mineros, usuarios, etcétera) aunque han tenido que operar en la clandestinidad.
En caso de legalizarse estas prácticas se vería una inmediata «explosión» en materia de adopción y nuevo capital ingresando de forma masiva. China es el segundo país con más multimillonarios del mundo, de acuerdo con algunos reportes. Con que solo una décima parte de esas 32.000 personas ponga una fracción de su capital en bitcoin, por ley de oferta y demanda, haría que la cotización de la moneda digital se incremente.
También la minería cobraría un nuevo impulso, con cierta parte del hashrate retornando a China y, quizás, nuevas empresas mineras autóctonas surgiendo a lo ancho de la nación. Tal situación aportaría mayor poder de cómputo a la red Bitcoin haciéndola más segura y, por lo tanto, más valiosa.
¿Por qué China cambiaría sus políticas con relación a bitcoin?
No sería la primera vez que el gobierno da marcha atrás con ciertas prohibiciones cuando avizora que el beneficio —principalmente económico— es evidente. Así ha pasado con los videojuegos o la propiedad privada de tierras (aunque, técnicamente, las tierras le pertenecen al Estado, en la práctica, los individuos gozan actualmente de derechos de propiedad equivalentes a los de otras naciones).
El gigante asiático está constantemente buscando maneras de expandir y fortificar su presencia en los mercados financieros globales. Bitcoin, con su creciente adopción, podría ser una herramienta valiosa en esta misión. ¿Por qué quisiera el gobierno chino perderse la oportunidad de tomar su tajada (mediante recaudación impositiva) de empresas internacionales que se asentaran en su territorio?
Además, si algo ha demostrado China es su espíritu competitivo a nivel global. Con países de todo el mundo explorando y adoptando a bitcoin y a su tecnología de diferentes maneras, China podría no querer quedarse atrás en esta revolución financiera.
A todo esto, se le suma que el principal rival de China, los Estados Unidos, está mostrando una clara tendencia anti-bitcoin en materia legal y regulatoria que causa temor en empresas como exchanges, plataformas de finanzas descentralizadas o mineros de Bitcoin.
Brian Armstrong, el director del exchange estadounidense Coinbase (el más grande del mundo, después de Binance) tuiteó en febrero de este año:
«Estados Unidos corre el riesgo de perder su estatus como centro financiero a largo plazo, sin reglas claras sobre las criptomonedas y un entorno hostil por parte de los reguladores. El Congreso debe actuar pronto para aprobar una legislación clara. Las criptomonedas están abiertas a todos en el mundo y otros están liderando: la Unión Europea, el Reino Unidos y ahora Hong Kong».
Brian Armstrong, CEO de Coinbase.
En este contexto, China se encuentra ante una oportunidad histórica para atraer a gigantes de las criptomonedas y quedarse con un mercado multimillonario.
Hong Kong, un campo de pruebas para China continental
En recientes movimientos, Hong Kong ha mostrado una postura abierta y amigable hacia las criptomonedas, permitiendo que las empresas en torno a bitcoin y otros activos digitales florezcan.
Fue en febrero de este año cuando, tal como CriptoNoticias lo reportó, se propuso por primera vez una ley para darle un marco regulatorio a los exchanges en Hong Kong. En mayo, se avanzó con la autorización para el funcionamiento de este tipo de empresas. Y desde la semana pasada, los exchanges HashKey y OSL pueden ofrecer compraventa de criptomonedas a usuarios particulares (y no solo a inversionistas profesionales, como era hasta ahora).
Christopher Hui, secretario de Servicios Financieros y del Tesoro de Hong Kong ha dicho recientemente:
«A pesar de los riesgos potenciales involucrados, [los activos virtuales] también conllevan un valor fundamental. (…) Entonces, para que se aprovechen estos elementos positivos, estas actividades deben permitirse de manera regulada».
Christopher Hui, funcionario de Hong Kong
Desde el retorno de Hong Kong a China en 1997 bajo la fórmula «un país, dos sistemas», la Región Administrativa Especial ha mantenido una autonomía significativa en diversas áreas.
Más allá de la economía y las finanzas, esta autonomía se ha manifestado en el sistema educativo, la cultura, el sistema legal, la administración pública y los medios de comunicación. Aunque integrada políticamente a China, Hong Kong conserva características y tradiciones propias, influenciadas por su pasado colonial británico.
La idea de que lo que sucede en Hong Kong podría ser un anticipo de lo que pasará en la China continental encuentra buen sustento si se analiza la historia (incluso antes de 1997).
Por ejemplo, con relación a la economía, la influencia de Hong Kong fue notoria. Antes de las reformas económicas en China a finales de la década de 1970, el éxito económico de Hong Kong, basado en el capitalismo y el libre comercio, pudo haber influido en la decisión de China de abrirse a la economía mundial y adoptar un enfoque más orientado al mercado (aunque sin abandonar el fuerte intervencionismo estatal propio del régimen comunista aún imperante).
Asimismo, en el área financiera y bancaria, Hong Kong ha servido como un importante centro para las empresas chinas que buscan expandirse internacionalmente. Con una larga trayectoria en lo que respecta a banca internacional, las lecciones aprendidas en Hong Kong han influido en el desarrollo y la internacionalización del sector financiero de China que hoy es un competidor a nivel mundial.
Lo mismo se observa en las área regulatoria y legal. Beijing ha observado cómo Hong Kong gestiona y resuelve disputas comerciales y financieras. Esto ha influido en algunas reformas en el continente, particularmente en zonas de libre comercio y ciudades como Shanghái, donde se buscan mejores prácticas para atraer inversión extranjera.
Se hace evidente que la postura pro-bitcoin de Hong Kong puede ser la punta del iceberg de una tendencia más amplia en China continental.
Noticias recientes hacen pensar que todo esto no se trata de especulaciones fantasiosas e idealistas, sino de una realidad que, poco a poco, toma mayor relevancia. Personalidades influyentes como lo es Huang Yiping, exmiembro directivo del Banco Popular de China, han hecho explícito su pedido de que se levanten las prohibiciones al uso de BTC.
Con todo lo dicho aquí, resulta claro que los próximos meses y años serán cruciales para observar cómo se desarrolla esta historia. Mientras tanto, hay razones de sobra para ser optimistas.