Hace un tiempo comencé a escuchar No hay negros en el Tíbetun podcast muy recomendable que lleva ya tres temporadas hablando de un tema poco tratado en los grandes formatos audiovisuales en España: el racismo.

Gracias a él, gracias a lo bien que lo hacen. Frank, Asaari y Lamine, he descubierto una realidad que los blancos “normativos” solemos ignorar en nuestra vida cotidiana: la inmensa cantidad de dificultades que tienen las personas afrodescendientes (y gitanos, asiáticos, sudamericanos y, en general, cualquier persona racializada) para disfrutar de la vida. mismas oportunidades que el resto de la población española. Una situación que se da en todos los ámbitos de nuestra sociedad y que, Me temo queTambién ocurre en nuestro sector.

Un programa como este cumple una misión fundamental para alguien como yo, y es abre tus ojos. O mejor dicho, hacer que centre su mirada en un punto en el que no estaba enfocando hasta ese momento. Te permite centrarte en los detalles. Detectar una ausencia escandalosa de la que habitualmente no hablamos.

Por ejemplo: en los doce años de vida de nuestra revista hemos realizado más de setecientas entrevistas, tanto en formato escrito como podcast. Para ello, lo más habitual es que elijamos a las personas a entrevistar porque ocupan puestos en empresas relevantes del sector: CEOs, directores generales, responsables de marketing, especialistas en áreas técnicas como analítica o SEO…

Que recuerdo, de todos ellos, sólo uno, el que le hice a Amuda Goueli, CEO de Destiniaha tenido como protagonista a una persona racializada.

Pero si sigues la actualidad del sector, si sigues las conversaciones de los profesionales en LinkedIn, si buscas perfiles relacionados en Twitter, si te paras a mirar las fotos de los eventos en los que asisten a charlas o hacen networking, el panorama En cualquier punto de España es igual.

¿Qué pasa entonces? No creo estar demasiado equivocado si digo que “no hay negros en el comercio electrónico”. Ni siquiera en marketing. Tampoco, en general, en las grandes empresas del sector digital.

Al menos, en sus puestos directivos.

Al menos, en puestos con visibilidad.

Como os hemos dicho en más de una ocasión, los grupos minoritarios, como en este caso, no sólo tienen que luchar contra la discriminación directa, que es algo que os puede resultar más o menos obvio, sino también contra la invisibilidad. Lo hemos visto (y lo seguimos viendo) con el caso de las mujeres en puestos directivos, por ejemplo.

En el caso de las personas racializadas, esta invisibilidad es aún más brutal. ¿Cuántos de ellos ocupan puestos directivos en las principales empresas de comercio electrónico o en las principales agencias de marketing? ¿Cuántos de ellos posan felices en las fotos de los equipos de las startups que presumen de haber cerrado una ronda de financiación?

A ver si esta invisibilidad que llega incluso a ámbitos tan mainstream como el de la personas influyentes. Echa un vistazo a nuestro ranking de youtubers, instagramers o tiktokers con más seguidores en España… No están directamente en las primeras posiciones. No se ven. No puedes oírlos.

En uno de los programas de la primera temporada de No hay negros en el Tíbet, adriana bohemia (cuyo libro Te recomiendo) explicó las dificultades que ha encontrado a lo largo de su carrera como influencer al trabajar con marcas. De todo tipo, desde el rechazo hasta el encasillamiento. Entre estas dificultades está ese mantra que parece anclado en la mente de muchos, el que dice que “los negros hacen cosas negras”. Es algo que también denuncia habitualmente otra de esas raras excepciones en nuestra blanquísima lista de creadores de contenidos masivos, afropoderosaen relación a sus malas experiencias en el mundo de la moda: “Me buscan por perfil racial. Quieren una persona negra, pero no demasiado oscura. Si eres oscuro, tienes dificultades”.

El encasillamiento como única opción de visibilidad. El estereotipo como salida profesional.

Volviendo a la ausencia de perfiles directivos racializados, es algo que, sinceramente, No entiendo las grandes empresas: Se ha demostrado que la diversidad (género, orientación sexual, edad y, por supuesto, también color de piel) es vital para crear equipos exitosos. La diversidad trae nuevas formas de entender la realidad, nuevas ideas para generar negocio, para acercarse a los consumidores…

¿Cómo vas a vender tus productos o servicios a toda esa enorme (pero invisible) cantidad de personas racializadas en nuestro país si no tienes a ninguno de ellos en tu equipo, si no tienes a ninguno de ellos para dirigir tu campañas, si no cuentas con ninguna de ellas para llegar a tus clientes?

Más allá de la empatía de los directivos, más allá de su compromiso con los derechos humanos o de lo abiertos que sean sus ojos ante esta realidad, es algo clave incluso desde un prisma mucho más materialista: el de cómo hacer negocios (bien).

Como os hemos dicho en casos como el de la discriminación hacia la mujer, queda mucho camino por recorrer en este campo. Al menos, empecemos por visibilizar el camino a seguir.

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