Él Ministerio de Economía aprobó los modelos de protocolo de requisitos fitosanitarios para la exportación de maíz y sorgo a China entre el Ministerio de Agricultura y la Administración General de Aduanas del país asiático, a través de la resolución 699/2023 publicada este martes en el Boletín Oficial.
La misma aclara que “luego de varios intercambios con China, nuevos protocolos para la exportación de maíz y sorgo habiendo actualizado la lista de plagas cuarentenarias” de interés para el gigante asiático.
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En ambos casos, los protocolos determinan que tanto el maíz como el sorgo que se envían a China”,estar libre de insectos vivos y no estar mezclado o contaminado con otros granosson materias extrañas que pueden contener deliberadamente plagas cuarentenarias”.
Por su parte, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) realizar investigaciones y análisis durante la época de siembra, utilizando métodos de monitoreo y análisis de enfermedades, y presentar a la Administración General de Aduanas de China un informe de monitoreo de estas plagas, incluyendo los métodos y resultados, en las áreas de producción.
Senasa también controlará que las empresas que exporten a China realicen actividades de limpieza, como sacudidas, en el proceso de cosecha o previo al embarque, para eliminar suciedad, residuos vegetales, impurezas y semillas de malas hierbas peligrosas, así como semillas de otros granos. .
Además, deberá realizar una inspección cuarentenaria al maíz y sorgo antes de su exportación a China.
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Los protocolos también determinan que para los envíos que cumplan con los requisitos especificados, Senasa emitirá un certificado fitosanitario que incluirá una declaración adicional: “Este envío cumple con los requisitos descritos en el Protocolo de Requisitos Fitosanitarios para Exportaciones de Argentina a China y está libre de la plagas de cuarentena que preocupan a China”.
Cuando el sorgo y el maíz argentinos lleguen a los puertos de entrada chinos, la aduana china realizará una inspección y cuarentena.
Ambos protocolos tendrán una vigencia de dos años a partir de su firma.