Jakob Stusholm danés cerró formalmente su escenario como director ejecutivo de Río Tinto, un puesto que ocupó durante cinco años. En mayo pasado, había anunciado su partida y en estos días publicó un mensaje de despedida en su cuenta de LinkedIn, donde revisó los logros y experiencias vividas a la cabeza de una de las compañías mineras más importantes del mundo.
“Este ha sido uno de los capítulos más extraordinarios de mi vida profesional, no solo por lo que hemos logrado, sino para las personas con las que tuve el privilegio de trabajar”, escribió Stousholm. También recordó que cuando asumió el puesto, la compañía estaba pasando por “un momento muy difícil” y estaba “orgulloso de lo lejos que ha llegado el equipo desde entonces”.
En su equilibrio, agradeció a quienes lo acompañaron y enfatizaron que su entrega al nuevo CEO, Simon Trott, estuvo marcado por una intensa agenda que incluía reuniones con tres jefes de estado: Donald Trump en los Estados Unidos, Javier Milei en Argentina y Mamdy Doumbouya en Guinea.

Argentina fue uno de los últimos destinos de Stousholm como CEO. Durante su visita se reunió con Milei y con el gobernador de Catamarca, recorrió la mina de litio de Phoenix y fue internalizado sobre el progreso del Proyecto Rincón en Salta, recientemente incorporado al régimen de incentivos a las grandes inversiones (RIGI). En ese contexto, dijo: “Este es un momento emocionante para operar en Argentina, y no puedo esperar para ver qué más podemos hacer para apoyar el desarrollo económico en el triángulo del litio y en todo el país”.
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La partida de Stausholm marca el cierre de un ciclo en Río Tinto, una compañía que bajo su administración profundizó el compromiso con el litio en la región, con Argentina como uno de los ejes estratégicos.