Si buscas en Google: «Herramientas de inteligencia artificial aplicadas al marketing digital«, en el momento de escribir este artículo, la respuesta obtenida en menos de un segundo es de 965.000 resultados diferentes. Suponiendo que la IA es una solución de abundancia, ya que podemos obtener materiales fabricados de calidad, en poco tiempo y a coste nulo o muy asequible, y que el número de resultados es muy extenso… Podríamos concluir que estamos ante uno de esos sueños imposibles donde la abundancia de la abundancia se hace realidad. A corto plazo es una bendición porque hace fácil lo difícil, pero entre los profesionales del marketing digital se está convirtiendo en una pesadilla. Hay muchas preguntas que paralizan la toma de decisiones, como ¿cuántas personas se necesitan ahora en un equipo de marketing digital? O si… ¿es posible hacer lo mismo que antes con un presupuesto menor?
La revolución de la IA en el marketing digital
Si medimos la aportación del profesional del marketing digital por lo que sabe o lo que puede hacer, evidentemente con la IA se necesitarían menos personas y se podrían reducir algunos costes al tener mayor productividad y rapidez. Pero tal vez no estemos haciendo las preguntas correctas. Lo que debería preocuparnos no es cuánta gente y qué coste tiene nuestro departamento de marketing, sino qué necesitamos para poder competir mejor.
Abundancia de recursos y desafíos para los profesionales
Mi hipótesis se basa en el hecho de que el acceso inmediato, fácil e instantáneo a la IA por parte de todos los actores que compiten en un mercado lleva la competencia a un nivel de abundancia y, por tanto, de complejidad. Los equipos serán más productivos y más rápidos, pero si medimos lo que hacen por el tipo de IA que utilizan para tener menos gente al menor coste posible, todos convergeremos hacia el mismo tipo de propuestas y declaraciones, traicionando así uno de los Dogmas fundamentales del marketing. : diferenciación.
La importancia de las preguntas en la estrategia de marketing
Pero, gracias a la comprensión de este desafío y a la formación en el Maestría en Marketing Digital de ESIC Escuela de Negocios y Marketing, los profesionales podrán lograr un nuevo equilibrio entre dos atributos fundamentales: actuar y pedir. Él preguntando Será la capacidad de plantear preguntas exploratorias únicas que abran nuevas dimensiones y líneas de horizonte. Poco a poco valdremos más por nuestras preguntas que por nuestras respuestas. Sencillamente porque en las respuestas habrá una protagonista: la IA. Pero el espacio de las preguntas es un territorio desconocido que históricamente ha impulsado el espíritu de superación en el arte, el deporte, la ciencia, la tecnología,… y también en el marketing digital.
Competencia en un mercado de abundancia
Es difícil afrontar este cambio de paradigma cuando vivimos obsesionados por títulos que ya no serán válidos, experiencias de realidades pasadas o por estándares de trabajo que se están rediseñando sin poder visualizar el objetivo al que van dirigidos. Pero es importante comprender la lógica de la causa fundamental del valor. Quiero seguir pensando que el marketing digital siempre será una inversión en intangibles capaces de producir resultados multiplicativos en el juego de competencia en el que están inmersas las empresas en los mercados. ¿Cómo entrar en ese territorio? Ésa es la cuestión fundamental de todo esto. Si tuviera que hacer una sugerencia me inclinaría por cultivar el pensamiento crítico, la lógica, las taxonomías, los mapas mentales, la creatividad,…. Y en el fondo de todo, la duda. Acepta la duda como una inquietud constante de cuestionamiento. No habrá empresa más competitiva que aquella que cuenta en su departamento de marketing digital con mentes brillantes e inquietas capaces de plantear preguntas únicas. Suyos serán los océanos azules aún por descubrir. Para los profesionales adictos a la fascinación por las respuestas rápidas a preguntas trilladas, me temo que habrá océanos rojos.
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