La semana pasada, el JP Morgan Investment Bank sorprendió al mercado financiero al cerrar su estrategia de comercio de transporte en Argentina, una obra que se había lanzado con optimismo después de la decisión del gobierno de levantar el tipo de cambio para las personas naturales en abril pasado.
El desarme de la posición, que inicialmente fue diseñado para mantenerse en las elecciones de octubre, refleja un cambio de percepción de los riesgos a corto plazo en la economía argentina, particularmente debido al nuevo clima electoral y los signos de tensión en el mercado de intercambio.

Puedes leer:El dólar cerró el miércoles: cuánto se vendió
La apuesta inicial: tarifas altas y dólar controlado
El 15 de abril de 2025, pocos días después del final de las acciones de las personas naturales, JP Morgan recomendó a sus clientes ingresar al mercado en pesos a través de una estrategia de comercio de transporte clásica: aproveche las altas tasas de interés en la moneda local, mientras que el tipo de cambio permaneció bajo control dentro de las bandas de intercambio organizadas por el banco central.
El instrumento elegido fue LECAP 3.9 15/08/25 (S15G5), adquirido a un precio de 129.38 pesos, con una tasa interna estimada en 40.5% por año. La operación consistió en ingresar dólares al país, convertirlos en pesos a través del dólar contado con liquidación (CCL), invertir en el bono y luego dejar la posición cobrando tanto la evaluación del activo como la eventual ganancia de cambio.
En ese momento, las condiciones parecían favorables: el gobierno había eliminado múltiples restricciones de divisas, permitió un arbitraje libre entre el mercado oficial y financiero, y las reservas fortalecidas con el apoyo de organizaciones internacionales. El dólar oficial se mantuvo estable con 1.196 pesos y el CCL se citó a 1.234 pesos, con una brecha de cambio mínima.
El resultado de esa jugada fue positivo. En poco más de dos meses, el precio de la LECAP aumentó a 139.80 pesos, mientras que el tipo de cambio para recomprar dólares se apreció en 1.206 pesos por dólar, incluso mejorando el nivel de entrada.
El beneficio total de la operación fue del 10,4% en dólares en solo 73 días, lo que es equivalente a un rendimiento anualizado del 64,4%. La estrategia funcionó porque durante ese período se mantuvo la estabilidad de intercambio que JP Morgan había anticipado como condición esencial.

Vender dólares e invertir en pesos era un buen negocio
Por qué JP Morgan decidió irse antes de lo esperado
El 27 de junio, el banco recomendó cerrar el puesto. Entre los factores que motivaron la decisión, JP Morgan citó: el final de la alta temporada de exportaciones agrícolas de liquidación, el aumento de la demanda de dólares para el turismo y porque prevé una mayor volatilidad electoral.
La combinación de estos elementos llevó al banco a adoptar una postura más cautelosa, al menos a corto plazo. En el mercado, la salida del banco estadounidense se interpretó como un signo de mayor prudencia contra la sostenibilidad del tipo de cambio dentro de las bandas y la posibilidad de nuevas tensiones de intercambio en los próximos meses.
A pesar de este turno, JP Morgan mantiene una visión positiva de la economía argentina a mediano plazo. El banco valoró el nuevo acuerdo con el FMI, las reformas fiscales continuas y el apoyo internacional como pilares que podrían permitir que el país regrese a los mercados internacionales en 2026.
Los analistas bancarios no descartan que las elecciones legislativas de octubre funcionen como un nuevo catalizador para la confianza, aunque por ahora prefieren esperar más claridad antes de reabrir las posiciones de riesgo en los pesos.

Las elecciones pueden aumentar la confianza
Puede que esté interesado:Presentan un proyecto para eliminar tres ceros al peso y cambiar el nombre