En medio de las definiciones de su reestructuración futura como discurso dentro del Ministerio de Economía, el Instituto Nacional de Viticultura (INV) publicó dos resoluciones que aprobaron la adición a los vinos y imprescindibles del bicarbonato de potasio y el citrato de cobre.
Primero, la resolución 30/2025 permite la adición de bicarbonato de potasio como un método legal de descidificación en Must and Wines.
Según los recitales de la resolución, es una práctica reconocida por la organización internacional del viñedo y el vino (OIV), que consiste en reducir la acidez mediante la reacción del bicarbonato con el ácido tártarico, generando Potassium Bitterotra que precipita y, de esa manera, equilibra el pH.

El INV dejará de ser un organismo automático y se convertirá en una dirección del Ministerio de Economía.
El estándar establece que los vinos tratados deben mantener al menos 1 gramo por litro de ácido tártarico, y que el compuesto utilizado debe cumplir con las especificaciones del Código Oenológico Internacional.
Citrato de cobre para eliminar los olores sulfurosos
Paralelamente, a través de la resolución 29/2025, el Inv, con la firma del presidente Carlos Tizio, autorizó el uso de citrato de cobre para la reducción de olores y sabores desagradables vinculados al sulfuro de hidrógeno y sus derivados. Estos son compuestos que generalmente aparecen durante la fermentación o el almacenamiento, generando aromas defectuosos en el vino.
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El tratamiento, que también tiene una garantía internacional, causa la formación de un precipitado cúprico que debe ser eliminado por la filtración.
La resolución aclara que la dosis no puede exceder 1 gramo por hectolitro y que el contenido final de cobre en el vino debe estar dentro de los límites legales vigentes.