De acuerdo con él Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)en febrero los precios de los agroalimentos se multiplicaron por 3,4 veces del campo (origen) a la góndola (destino). Es decir, el consumidor pagó 3,4 dólares por cada 1 dólar que recibió el productor.
En promedio, la participación del productor explicó el 28% de los precios de venta finales. La mayor participación fue de los productores de pollo (61,5%), mientras que la menor fue de los productores de limón (10,1%).

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productos de frutas y verduras
Los precios de las 19 frutas y verduras que componen la canasta del IPOD se multiplicaron por 4,9 veces en febrero, lo que representa un descenso del 14,3% respecto a enero.
Limón (9,9 veces), ajo (8,1), manzana roja (6,6), calabacín (6,3) y pera (6,2), fueron los cinco productos que presentaron mayor diferencia entre precios de origen y destino. El limón, debido a un exceso de oferta que también se replicará en los cítricos dulces -ante las buenas perspectivas de cosecha-, presentó una caída de precios tanto para el productor (45,1%) como para el consumidor (11,2%), mientras que el ajo Sólo presentó variaciones en estantería, registrando un incremento del 6,8%.
Por su parte, las frutas de pepita -en nueva temporada de cosecha y cotización para 2024- se comportaron de manera diferente. La manzana mostró un aumento tanto en origen (11,5%) como en destino (14,3%), pero la pera sólo aumentó para el productor (14,1%), ya que para el consumidor cayó un 5,4%. Por último, el calabacín, producto que subió en ambos extremos de la cadena: un 34,2% en origen y un 21,2% en destino.
productos ganaderos
Por los 5 productos y subproductos pecuarios que integran la canasta del IPOD, el consumidor pagó 2,9 veces más de lo que recibió el productor, 10,3% menos que el mes pasado.
Cada venta
En el Índice de Ventas Minoristas de la CAME, las ventas de la categoría Alimentos y Bebidas cayeron 33,3% anual en febrero, reflejando la caída del poder adquisitivo y la falta de validación de los precios por parte del consumidor. Es decir, la caída se explica por una caída de la demanda.
Además, durante los primeros dos meses del año, todos los eslabones de las diferentes cadenas de valor han visto afectada su rentabilidad por los fuertes aumentos de costos, no sólo por la devaluación, sino también por el aumento del transporte y la logística, entre otros.