La base monetaria argentina, medida en pesos, alcanzó un nuevo máximo histórico en mayo, que está a punto de finalizar. Según datos oficiales del Banco Central (BCRA), hay en circulación 5.375 billones de pesos (ARS). Al tipo de cambio de mercado (dólar blue) esto equivale a casi 11.000 millones de dólares.
Como lo explica el Observatorio Económico Social de la Universidad del Rosario, “la base monetaria está compuesta por todo el dinero legal en circulación (es decir, billetes y monedas), sumado a las reservas de los bancos comerciales en el Banco Central”.
de acuerdo a un análisis publicado por Clarín, uno de los principales diarios del país sudamericano, “se olvidó el objetivo que alguna vez tuvo el gobierno de no emitir para financiar el déficit fiscal. En los primeros cuatro meses del año, la asistencia del Banco Central al Tesoro explicó casi en su totalidad el financiamiento del déficit fiscal.
Añádase el citado informe que «Es precisamente este aumento de la emisión lo que permite suponer que el Gobierno recurrirá a la “maquinita” antes de reestructurar cualquier deuda pública».
Recordemos que de agosto a octubre se realizarán elecciones en Argentina, las cuales determinarán quién será el presidente por los próximos 4 años. El oficialismo, en su afán por conservar el poder, seguiría con su política de emisión de dinero para activar el consumo. Tal situación provocaría una sensación de mejora económica, pero inevitablemente causará daños en los próximos meses.
Emisión, inflación y devaluación van de la mano
Es importante entender que el aumento de la base monetaria puede llevar a la devaluación de la moneda y al aumento de la inflación. El teoría cuantitativa del dinero mantiene que más dinero conduce a precios más altos todas las demás cosas en igualdad de condiciones.
El economista Milton Friedman, referente de la Escuela de Chicago y ganador del Premio Nobel, “acuñó” una frase muy conocida, que resume esta teoría:
La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario, en el sentido de que es y sólo puede ser producido por un aumento más rápido de la cantidad de dinero que de la producción.
Milton Friedman, economista.
Cuando el gobierno argentino aumenta la cantidad de pesos en circulación, hay más dinero disponible para gastar. Sin embargo, la cantidad de bienes y servicios en la economía no aumenta al mismo ritmo, lo que significa que hay más dinero persiguiendo la misma cantidad de bienes y servicios. Como resultado, los precios de los bienes y servicios aumentan. Es decir, aumenta la inflación..
Además, este aumento en la emisión monetaria disminuye la confianza en la capacidad del peso para mantener su valor, ya que se espera que la inflación erosione su poder adquisitivo en el futuro. Esto provoca una mayor demanda de monedas más duras, como el dólar estadounidense. Así, el dólar aumenta su valor frente al peso, resultando en una devaluación de la moneda local.
Bitcoin, un ejemplo de sistema financiero antiinflacionario
Un contraejemplo de esto es Bitcoin (BTC). La moneda digital creada por satoshi nakamoto tiene, desde su nacimiento, una política monetaria definida e inalterable. Nunca habrá más de 21 millones de BTC y su tasa de emisión está establecida en su código fuente. Esto significa que no es posible inflar arbitrariamente la oferta de bitcoins.
Por esta razón, en el largo plazo se puede ver, como se puede ver en el gráfico anterior, que el precio de cada BTC aumenta con respecto a dinero de Fíat (en este caso, el dólar estadounidense). A pesar de esto, también es evidente que en el corto y mediano plazo su volatilidad es alta y su precio cae con frecuencia. Esto se debe a que es un activo financiero relativamente nuevo y su aceptación como dinero y depósito de valor aún no está establecida de manera masiva y predominante a nivel mundial.